Humanum est
Tanto en los medios de comunicación como en propuestas de cursos universitarios empresariales, solemos encontrarnos con comentarios relativos a lo humano y a la humanidad como respuesta a la incertidumbre en la que nos encontramos viviendo en la actualidad. Sinceramente, me apetece pensar que lo que estamos queriendo es acercarnos más a lo que realmente somos: seres humanos.
Hace la friolera de casi 30 años, mi espíritu emprendedor me llevo a ser socia fundadora de una empresa que hasta la actualidad dirijo. Uno de los principales motores fue —y sigue siendo— el de creer y tener una empresa humana, con una gestión guiada por valores humanos. Recuerdo que cuando entrevistaba a las personas para que se integraran al equipo, muchas, cuando les hablaba acerca de lo que entendíamos como empresa humana, no lo entendían, mientras hubo quiénes empezaron a considerar que se trataba de un valor importante.
En aquel entonces se hablaba más de reingeniería de empresas, que de empresas humanas. No obstante, persistimos en la idea de tener una empresa humana, lo que me llevó a escribir el libro «La empresa sabia» en el que, de una forma sencilla traté de explicar, la gestión desde los valores para llegar a ser una empresa excelente.
Hoy, casi inesperadamente, nos vemos inmersos en unos tiempos cambiantes, de gran incertidumbre. Me atrevería a decir que estamos inmersos en un gran despertar a una nueva realidad. Hoy, más que nunca es necesario volcarnos a la construcción de modelos más humanos, de acercarnos más a la definición que, según la filosofía y a la ciencia, significa Ser Humano.
Resumiendo: lo que creo que nos ha funcionado en nuestra empresa y nos sentimos muy afortunados pudiéndolo decir, ha sido la gestión por valores, que es la estrategia clave en el compromiso de todos y cada uno de los miembros del personal: somos las personas las que contribuimos en la construcción permanente de una empresa. Casi todas las personas responsables de la dirección tienen claro cuáles son los valores que funcionan en la empresa, aunque siempre subsiste la pregunta: ¿Cómo encaminar el liderazgo hacia esos valores?
Si conocemos nuestros valores más altos, estos nos conducirán a descubrir nuestro verdadero potencial y nos ayudarán a crear Empresas Sabias.
Al parecer os encontramos en el momento idóneo para crear modelos humanos que nos permitan acercarnos a lo que realmente somos y hacernos responsables de los cambios que queremos ver en nuestras empresas, del cambio que queremos ver en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestra sociedad en el propio planeta, ya que este último ¡También depende de cada uno de nosotros!
Solo me queda afirmarte que mi experiencia en este campo me dice que ha llegado el momento de actuar. ¡Aquí estoy para responder a tus preguntas o dudas!
Sinceramente, una pequeña reflexión…
Carmen Yates Martínez cyates@carmenyates.com